Es uno de los edificios más antiguos de Campo de Criptana y tras décadas cerrada y en un estado de deterioro importante se reconstruyó hace unos años. La nueva ermita se inauguraba en noviembre de 2018.
Se trata de una ermita muy sencilla, como todas las que hay en el municipio, pero muy presente entre los criptanenses. Fueron ellos junto a la Iglesia quienes dieron los primeros pasos para conseguir su restauración que contó con el apoyo del Ayuntamiento. El templo se encuentra ya datado en el s. XVI y es de una sola nave, con bóveda de cañón y el crucero se cubre con cúpula sobre pechinas. Junto a ella se estableció el cementerio actual y no se celebraba en ella ningún acto religioso desde hace por lo menos treinta años.
La restauración se hizo tanto en el interior de la ermita como en el exterior poniendo especial atención en la techumbre que estaba hundida. Ahora tiene un aspecto lucido y da valor a uno de los monumentos más antiguos de la villa. Aún así no está abierta al público y solo se puede ver su exterior.